Veo rostros en los rostros de la gente.
Rostros colgados cual colgajos al borde de un peñasco.
Veo sonrisas en los rostros , sonrisas pusilánimes que pintan rosa, entre miedo y desesperación.
Veo manos que se extienden a las manos de un prójimo de manos de bolsillo.
Y esas manos de bolsillo que se niegan a apretar la mano que se extiende.
Veo un cielo, una cruz y paredes de oro fino.
Y rodillas en el palco y ojos en el cielo.
Veo un niño en un canto y un anciano y un can.
Veo promesas como lienzos en las ferias, que se venden como el verde y azucena,
promesas que se escriben en la arena y se firman en el viento.
Veo un pueblo y un jardín, un muro y un fusil.
Veo el mar y las almas que lo habitan. Sirenas en el mar?
No! Sirenas no! El mar, un bote y un adiós.
Veo una madre y un abuelo y una lágrima en el ojo izquierdo.
Una pena en el recuerdo y un pedazo de papel. Una foto, la guitarra y un por qué?!
Veo niños que pintan en las cartas, corazones y guirnaldas, un te amo y un quizás.
Veo un sueño y un diploma, veo mi rostro que guinda cual colgajo y mi corazón exhausto,
y mi mano que se extiende y un niño, una madre, un muro, el mar…
Y el abuelo? El abuelo, ya no está.
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